El pueblo de Linás de
Broto se volcó en ofrecernos a los amantes de correr por el monte un
gran fin de semana. El sábado se disputaba la segunda edición del
Kilómetro Vertical Subida al Litro con 4 kilómetros y 1050 metros
de desnivel positivo. El domingo llegaría el turno de la IV edición
de la Vuelta al Último Bucardo con 22,9 km,s y 1300 m de desnivel
positivo.
En ambas carreras el
plantel de corredores fue de muy alto nivel.
KV El Litro:
Entre los favoritos para
la jornada del sábado se encontraban: Didier Zago, Kiko Navarro,
Raúl García Castán y la joven promesa, Daniel Osanz quien se
impondría definitivamente con un tiempazo de poco más de 40´.
Por lo que a mí respecta,
ya hacía días que no corría una carrera cronometrada de estas
características, había
hecho mis cálculos y pensaba que rondaría la meta en menos de 45´.
En la primera mitad que
transcurría, como no podía ser de otra manera , por senda y bosque
hasta hasta alcanzar los primeros 450 metros de desnivel positivo,
llevaba un tiempo de casi 20´, salvo en algún pequeño tramo en el
que había caminado para descansar la musculatura, el resto lo había
hecho corriendo. Si las cuentas salían podría hacer un buen tiempo,
aunque las sensaciones tampoco es que fueran las mejores, y sólo
había conseguido adelantar a un corredor masculino que me había
precedido en la salida en 30´´.
Pero en el terreno campo a
través la predicción se fue al traste. Sólo pude correr en sendos
tramos de 100 metros, uno de falso llano y otro de empinada bajada
tras coronar la antepenúltima subida donde se encontraba un
avituallamiento líquido.
Impresionante el via
crucis que tenía frente a mis ojos y lo que a mí me esperaba
también a partir de ese momento. Finalmente 17º puesto y 49´31´´,
tiempo muy por encima de mis expectativas, pero la montaña al final
pone a cada uno en su sitio.
Nadie como Ramón Ferrer para inmortalizar el sufrimiento de los corredores |
IV Carrera de Montaña
El Último Bucardo:
Los principales favoritos
para el domingo eran, Cazcarro, Apilluelo, Osanz y García Castán.
Fue el primero el que
finalmente se llevó la carrera demostrando estar en un excelente
estado de forma.
Por otro lado, mi objetivo
de esta vez era disfrutar e intentar terminar la carrera en menos
tiempo del invertido hace dos años cuando participé en su segunda
edición.
En la primera parte de la
carrera decidí ir “suave”, ya que en los primeros 8 kilómetros
el cuerpo te pedía marcha, ya que el terreno permitía correr bien.
Claro que después llegaría el ascenso al Pelopín aproximadamente
desde el km 8, primero por senda y después por prado comenzando
prácticamente desde la cota 1300, para coronar a poco más de 2000
metros.
Saliendo del bosque antes de empezar la parte más dura de la subida a Pelopín (Foto de Ramón Ferrer) |
Como el día anterior muy
dura la parte final de la ascensión tanto por la pendiente como por
el cansancio que ya se empezaba a acumular en las piernas. Pero a
diferencia de hace dos años llegué más entero a la cima pues
dosifiqué mejor. Desde aquí (km 13 aproximadamente y 1h 35´ de
carrera) hasta el final sería casi todo bajada, (combinando prado en
el inicio, pista, senda de tierra y senda pedregosa en la parte
final) y alguna subida que se me hizo interminable.
Finalmente al igual que el
día anterior 17º con un tiempo de 2h 33´, 7´ menos que hace dos
años, y finalizando con no tan malas sensaciones como en otras
carreras precedentes pese a que en el último kilómetro perdí un
puesto con el gran Oscar Soriano.
El Trofeo Bucardo, que premiaba al mejor tiempo resultante de la suma de las dos carreras, fue para Daniel Osanz, que además de vencer el sábado fue segundo en la carrera del domingo
El Trofeo Bucardo, que premiaba al mejor tiempo resultante de la suma de las dos carreras, fue para Daniel Osanz, que además de vencer el sábado fue segundo en la carrera del domingo
Finalmente sólo me queda
felicitar a los organizadores y a los voluntarios del pueblo de Linás
de Broto que hicieron posible que pasáramos una alegre doble
jornada.
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