Un buen
entreno para el cuerpo con recompensa inesperada, ya que conseguí el segundo
puesto en la TMT nocturna disputada este pasado viernes en La Puebla de
Alfindén sobre una distancia de 19,3 km,s y casi 300 metros de desnivel
positivo.
El material
que obligatoriamente debíamos llevar para esta peculiar carrera era, teléfono
móvil, frontal delantero y luz trasera.
La carrera
discurría en su mayoría por pistas de tierra, con sendas, algunas entre pinos,
otras entre monte bajo, y otras por crestas. También había que culminar una
empinada subida en el kilómetro 4 aproximadamente. No tenía complicaciones
técnicas, y estuvo bien señalizada por la organización.
A la salida
de la población tras 2 kilómetros de asfalto y pista iba cuarto, tuve que
apretar para tener la referencia más cercana del 2º y 3º justo antes de
adentrarme en la primera senda. Unos 50 metros me separaban de ellos. Fui
recortando poco a poco y les alcancé. Uno de ellos era mi compañero de
duatlones David Eced.
Al termino
de este tramo de senda, posterior pista y justo antes del gran repecho de la
carrera conseguí ponerme en 2ª posición, allá por el kilómetro 4. Desde
entonces esta sería la posición que mantendría durante toda la carrera.
El primero
me mantuvo en todo momento la diferencia entre 30´´ y 1´ o al menos eso es lo
que yo estimaba por la mayor o menor cercanía de las luces de su frontal. Yo al
tercero creo que le llevé más cerca, por lo menos hasta la mitad de la carrera.Del kilómetro 10 hasta el 15 (se iniciaba un tramo más rápido por pista entre pinos) perdí las referencias tanto por delante como por detrás.
Durante
prácticamente toda la carrera desde que me puse segundo eché en falta una
referencia más cercana que me “guiase” ya que en algún momento dudé de si
estaba yendo por el camino correcto. Con ello no quiero decir que la carrera no
estuviese bien balizada, de hecho cada 100 metros había o cinta o botellas con
reflectante, sino que corrí
prácticamente solo.
Sin
confiarme seguí apretando con la idea de mantener la 2ª posición ya que el
primer puesto se me antojaba ya bastante lejano. En los últimos 2 kilómetros
(que coincidían con los 2 primeros) volví a ver una luz a mis espaldas, cada
vez más cerca, ello unido a que este tramo era lo que peor llevo, tierra
compacta, asfalto y bajada, iba a hacer que el podio no estuviera todavía
decidido.
Precisamente
en la carrera del Ebro este año me habían adelantado 4 corredores en los dos
últimos kilómetros íntegramente asfaltados, así que os podéis imaginar en que
estaba pensando mientras aceleraba el ritmo.
Finalmente espoleado por los gritos de “¡apreta, apreta!” de Sandra en los últimos 300 metros conseguí sprintar “a muerte” con éxito pues aventajé en tan solo 2´´ a Jose Francisco Chamarro, que había realizado una carrera de menos a más y que estuvo a punto de darme caza sobre la misma línea de meta.
El vencedor
fue Carlos Solsona García que finalmente me aventajó en más de 1´30´´.Finalmente espoleado por los gritos de “¡apreta, apreta!” de Sandra en los últimos 300 metros conseguí sprintar “a muerte” con éxito pues aventajé en tan solo 2´´ a Jose Francisco Chamarro, que había realizado una carrera de menos a más y que estuvo a punto de darme caza sobre la misma línea de meta.
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